jueves, 20 de agosto de 2015

Chico Marlboro.

Un reloj que marcaba la horas;
Gente que marcaba rutinas.

La estación,
Las luces de neón,
La desesperación.

Un cigarro,
Unos labios,
Humo.

Tú,
Yo,
Gente,
Gente,
Gente.

Un tren.
Dos trenes.
Tres trenes.
Un suicido.
Dos suicidios.

Adiós reloj.
Adiós rutina.
Adiós estación.
Adiós luces de neón.
Adiós desesperación.
Adiós cigarros.
Adiós labios.
Adiós humo.
Adiós tú.
Adiós yo.
Adiós gente.
Adiós amor.
Adiós.

viernes, 7 de agosto de 2015

Amapola.

La melancólica noche en aquel viejo bulevar a las afueras de Washington, D.C.
¿Qué fue de aquella chica con el Ártico en los ojos? ¿Qué fue de aquel cabello color otoño?¿Qué fue de aquella hermosa amapola qué rimaba con el color de tus labios? ¿Qué fue de aquellos lunares que creaban partituras en tu pálida piel? ¿Qué fue de aquella chica que vestía con alcohol y tristeza su corazón? ¿Qué fue de mí tras esa noche?

jueves, 6 de agosto de 2015

Carta de un corazón alcoholizado.

Puede que sea la botella, casi vacía, de Jack Daniel's que está sobre mi mesilla de noche o las inmensas ganas de que la nostalgia desaparezca de este pútrido cuerpo, lo que hace que quiera escribir de nuevo.
Esta habitación llora desde que diste el portazo final. 
Las sábanas extrañan esas corridas y las quemaduras en ellas con el cigarro de después. 
La ventana extraña que apoyes tus suaves manos en ella para sentir aquel frío invernal.
El armario extraña tu ropa interior vistiendo tus curvas mientras buscas, dentro de él, ese vestido granate que tanto te gustaba.
Las paredes extrañan esos gritos de placer que solo nosotros sabíamos dar.
La pistola de la cómoda me ayudará a emborrachar, con el alcohol que hay en mis venas, todo lo que dejaste atrás.