lunes, 2 de mayo de 2016

Polvo.

No sé si estoy cayendo o solo estoy flotando a la deriva de mi mente enloquecida.
ni la brisa marina,
ni la música,
ni la lluvia corriéndose en mi cara
son capaces de lograr que mi alma sonría.
La muerte baila alrededor de mi cabeza.
Mi corazón está manchando este cuaderno con gritos bañados en tinta.
Mis ojos, son carteles de neón fundidos, 
y mi cuerpo, un polvoriento local acompañado, únicamente, del olor a tabaco rancio y de la humedad de la soledad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario